viernes, 2 de marzo de 2012

COMENTARIO A LOS EFESIOS, 6:10-24

EFESIOS 6:10-24



Pablo está llegando al fin de su carta. Guarda cosas muy importantes para decir al final.

1. UNA PALABRA DE ADVERTENCIA (v. 12)
Toda la vida cristiana, en sus varias esferas (iglesia/sociedad/hogar) implica una lucha espiritual. Pablo dice DOS cosas acerca de la identidad del verdadero enemigo del creyente:


a. El Verdadero Enemigo NO es CARNAL
Pablo dice que la lucha no es "contra sangre y carne". Es decir, no es una lucha humana. Los verdaderos enemigos del creyente no son otros seres humanos. Es muy importante tomar esto en cuenta en la vida cristiana. Muchas veces nos equivocamos, y comenzamos a luchar en una forma no apropiada.


b. El Verdadero Enemigo es ESPIRITUAL
Pablo describe los enemigos del creyente bajo las siguientes categorías:


                       - "principados"
                       - "potestades"
                       - "gobernadores de las tinieblas de este siglo"
                       - "huestes espirituales de maldad en las regiones celestes"

Reconociendo quiénes son nuestros verdaderos enemigos, el creyente y la Iglesia estarán listos para luchar en manera apropiada.
Dado a que la lucha es espiritual, las armas deben ser espirituales (2 Cor 10:3-5). Además, es importante que el creyente conozca algunas de las estrategias del enemigo (2 Cor 2:10,11).


2. DOS MANDATOS DIVINOS (v. 10, 11, 13)
Frente a los desafíos de la vida cristiana, y la lucha del creyente contra Satanás, Pablo da DOS palabras de instrucción:

a. El Creyente Debe FORTALECERSE EN EL SEÑOR (v. 10)
Si la lucha es espiritual, las energías tienen que ser espirituales. El creyente no es capaz de enfrentar al enemigo en sus propias fuerzas. El creyente tiene que encontrar sus fuerzas en Cristo.

b. El Creyente Debe TOMAR TODA LA ARMADURA DE DIOS (v.11, 13)
Ante la necesidad que el creyente tiene de luchar contra Satanás, Dios da a Sus hijos las armas que tienen que usar en la guerra.  Notemos varios detalles en lo que Pablo dice:

   i. Hay que tomar TODA la armadura.
  ii. La armadura es de DIOS.
 iii. El propósito de la armadura es ayudar al creyente PERMANECER FIRME
 iv. La armadura es para usar CONTRA LAS ASECHANZAS DEL ENEMIGO
  v. La armadura es especialmente para los DÍAS MALOS.


3. LA ARMADURA DE DIOS (v. 14-20)
Pablo ahora detalla las varias partes de la armadura que Dios ha provisto para el creyente:

a. La VERDAD (v.14a)
El cinturón era una pieza clave en la armadura del soldado romano; mantenía el resto de la armadura en su lugar. Así es en la vida del creyente; la verdad es de vital importancia.
Hoy en día el mundo no acepta verdades absolutas; todo es relativo. Según esta forma de pensar, la verdad no existe. Dado a que Satanás es el "padre" de la mentira, no es sorpresa alguna que él haya engañado al mundo con esta idea.
La Biblia afirma que Cristo es la Verdad (Juan 14:6). Todo lo que Dios dice es verdad: Su Palabra es verdad.   Con la Biblia en la mano, el creyente puede estar seguro.   


b. La JUSTICIA (v.14b)
La coraza protegía el pecho y las espaldas del soldado; era otra pieza clave en su armadura - le protegía de las flechas, las espadas y las lanzas del enemigo.    La coraza protegía órganos vitales, como el corazón y los pulmones.

De igual modo, la justicia es una pieza clave en la vida del creyente.    Lamentablemente, Satanás ataca al creyente con muchas tentaciones, y a veces el creyente cede ante una tentación. En ese momento, Satanás viene para atacarnos, y hacernos sentir que no somos hijos de Dios, y que hemos perdido la salvación.    Son en esos momentos que más necesitamos entender que Dios nos otorga Su justicia como la base para nuestra relación con El.   Dado a que la justicia de Dios no es afectada por nuestro pecado, el creyente puede permanecer firme aun en medio de muchas tentaciones y luchas.


c. El EVANGELIO (v.15)
Las sandalias de los soldados romanos eran gruesas y fuertes; éstas los ayudaban a caminar sobre tierra difícil, kilómetro tras kilómetro. Muchas veces el soldado aun dormía con sus sandalias puestas, para estar listo en cualquier momento para enfrentar al enemigo.

El creyente tiene un largo peregrinaje por delante; su tarea es ir por territorios del enemigo, avanzando con el evangelio de Dios. El creyente siempre debe estar preparado (= "apresto") con el evangelio (1 Pedro 3:15).

d. La FE (v.16)
Ante los ataques del enemigo, el soldado romano usaba su escudo para defender el resto de su cuerpo.
Satanás frecuentemente ataca al creyente con dudas, de diferente índole – dudas acerca de la veracidad del evangelio; dudas acerca de Dios; dudas acerca de su vida espiritual; dudas acerca de la Iglesia; etc. Ante todas estas dudas, el creyente tiene un arma poderosa - la FE.

La fe es un don de Dios (Efe 2:8); un fruto del Espíritu Santo (Gál 5:22).    El creyente no tiene que tratar de generar fe; lo que tiene que hacer es aprender cómo usar la fe que Dios le ha dado.


e. La SALVACION (v.17a)
Quizás la protección más importante para el soldado romano era el casco, que protegía la cabeza del soldado. Esta era la parte más vulnerable.
Para dar completa protección al creyente, Dios le ha dado la salvación. Esto implica dos cosas:

   i. La seguridad de la salvación (por ser un regalo de Dios).
  ii. La seguridad de la vida eterna.

No importa lo que le pasa al creyente aquí en la tierra; de una cosa puede estar muy seguro - su salvación está garantizada por Dios, ahora y en el futuro.


f. La PALABRA DE DIOS (v.17b)
Hasta el momento, todas las armas han sido defensivas. En el "día malo" el creyente es llamado a defenderse, y a permanecer firme en su vida cristiana (v.11, 13).

El soldado romano usaba la espada para defenderse y para atacar. Así es con el creyente, y su uso de la Biblia.    A veces lo usa para defenderse (Mateo 4:4, 7, 10); otras veces la usa para atacar (Heb 4:12).


g. La ORACION (v.18-20)
Es interesante notar que Pablo dedica tres versos para hablar de la oración; es tan importante en la vida del creyente, y especialmente en la lucha espiritual.   Pablo anima a los creyentes a orar los unos por los otros (v.18), y especialmente por los que andan predicando el evangelio (v.19, 20).


4. SALUDOS FINALES (v. 21-24)
Pablo concluye diciendo que Tíquico les hará conocer los detalles de su vida personal (v.21-22), y termina con unas palabras de despedida.

Publicado con permiso de Alex Donnelly

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