viernes, 2 de marzo de 2012

COMENTARIO A LOS EFESIOS, 4:1-16



EFESIOS 4:1-16


Muchas de las cartas de Pablo se dividen en dos partes: la parte doctrinal y la parte práctica. La carta a los Efesios muestra esta misma división:

                       [1] La Parte Doctrinal (cap. 1-3)
                       [2] La Parte Práctica (cap. 4-6)

En Efe 4:1, empezamos a considerar la parte PRÁCTICA de esta carta.    A la luz de todo lo que Pablo ha escrito anteriormente, el apóstol ahora insta a los creyentes en Éfeso a vivir bien la vida cristiana.

El creyente es llamado a vivir la vida cristiana en tres esferas:

            [1] La Vida del Creyente en la Iglesia (Efe 4:1-16).
            [2] La Vida del Creyente en la Sociedad (Efe 4:17 - 5:20).
            [3] La Vida del Creyente en el Hogar (Efe 5:21 - 6:9).

Pablo comienza con la vida del creyente en la Iglesia.



1. LA UNIDAD DE LA IGLESIA (v. 1-6)

La Iglesia en Éfeso estaba conformada por creyentes judíos y gentiles (Hch 19:8-10). Tener dos grupos tan diferentes en la Iglesia siempre conlleva problemas (ver Hch 6:1). Pablo había pasado tres años trabajando en esta iglesia, y por ende conocía bien a los hermanos allí. Parece que uno de los problemas que había en la iglesia era la falta de unidad.

a. La Importancia de la Unidad (v.1)

Podemos notar la sencillez y la humildad del apóstol Pablo. Como APÓSTOL de Jesucristo, Pablo tenía gran autoridad sobre la Iglesia. Sin embargo, Él comienza diciendo: "Yo...os ruego..." (v.1a).

Lo que Pablo pide es que los creyentes en Éfeso vivan "como es digno de la vocación con que fuisteis llamados" (v.1b). En otras palabras, a la luz de todas las bendiciones espirituales que Dios les había concedido, y ante la grandeza de la salvación que Dios les había otorgado, los creyentes en Éfeso deberían manifestar una gran unidad dentro de la Iglesia. Obviamente, Pablo tenía en mente lo que él había dicho antes, en Efe 2:13-16.

La palabra en griego, que la RV traduce, "vocación", significa "elección". Al usar esta palabra, Pablo está recordando a los creyentes, que su presencia en la Iglesia se debe a que fueron elegidos y llamados por Dios. El propósito de Dios es formar una nueva sociedad.    Esta nueva sociedad debe manifestar los propósitos de Dios, los cuales incluyen la reconciliación entre los hombres.

Por lo tanto, la unidad en la Iglesia, no es simplemente un lujo que podemos anhelar tener, sino una exigencia que parte del mismo propósito de Dios en la salvación del hombre.

b. Las Actitudes que Fomentan la Unidad (v. 2-3)

Obviamente, para que haya unidad, es necesario que los creyentes tengan ciertas características o actitudes. Pablo señala algunas de ellas:


                          i. Humildad (v.2a)
                         ii. Mansedumbre (v.2a)
                        iii. Paciencia (v.2b)
                        iv. Amor (v.2b)
  
Estas cosas son indispensables para mantener la unidad dentro de la Iglesia.    Es interesante notar que estas cosas también son parte del fruto del Espíritu Santo (Gál 5:22-23). La responsabilidad del creyente es trabajar para mantener la unidad en la Iglesia.

c. Las Bases Sólidas para la Unidad Eclesiástica (v. 4-6)

Hoy en día, se habla mucho de la unidad de la Iglesia, y de la necesidad de trabajar juntos como evangélicos. Es cierto que Dios quiere que estemos unidos, pero es importante notar que esa unidad debe tener una base firme.

En los v.4-6, Pablo señala varias cosas que son la base para una verdadera unidad, no solo en la iglesia local, sino también entre evangélicos en general.      Estas son:


                 i. La Iglesia es una sola (v.4a)
                ii. El Espíritu Santo es uno solo (v.4a)
               iii. Tenemos una sola esperanza (v.4b)
               iv. Hay un solo Señor Jesucristo (v.5a)
               v. Hay una sola fe o doctrina (v.5b)
              vi. Hay un solo bautismo (v.5c)
             vii. Hay un solo Dios y Padre (v.6)


2. LOS DONES Y MINISTERIOS EN LA IGLESIA (v. 7-11)

La unidad de la Iglesia es fomentada por dos cosas, que Pablo pasa a señalar ahora:

-       Cada creyente tiene a lo menos un don.
-       Ese don debe ser usado para el bien de la Iglesia.

Ampliemos estos puntos:

a. Todo Creyente Tiene un Don (v. 7-10)

Los creyentes en Éfeso venían de diferentes trasfondos, y por ende reflejaban diferencias sociales.    Sin embargo, había algo que los unía: todos habían recibido a lo menos un don espiritual (v.7).   Los  dones no vienen por mérito humano, ni por crianza o educación, sino por la GRACIA de Dios.  Es decir, son dones que Dios regala a los creyentes, según Sus propósitos.

Pablo no lo menciona aquí, pero es interesante notar lo que él dice en 1 Cor 12:18, 22-25. El deseo de Dios es que los dones sirvan para fomentar la unidad de la Iglesia. Por eso, Dios muchas veces da los mejores dones a los creyentes más sencillos, para que los creyentes de un nivel social más alto, respeten y valoren a sus hermanos de menor rango social.

b. Los Dones Deben Ser Usados para el Bien de la Iglesia (v.11)

Los ministerios en la Iglesia dependen de los dones.   Es decir, nadie debe asumir una posición de liderazgo en la Iglesia a no ser que tenga el don necesario para cumplir ese ministerio. Para cada ministerio, hay un don apropiado.

i. APÓSTOL: El que tenía autoridad suprema sobre toda la Iglesia.

Los Apóstoles fueron los fundadores de la Iglesia, y tenían una autoridad única sobre ella (Efe 2:20). Ellos no trabajaban solo con una iglesia local, sino a nivel global.

ii. PROFETA: El que trae mensajes de Dios para la congregación.

Hoy en día, los predicadores deben jugar este rol.  Su ministerio debería ser la de traer mensajes inspirados por Dios, en su exposición de la Palabra.

iii. EVANGELISTA: El que predica el evangelio de Cristo.

iv. PASTOR: El que cuida la grey de Cristo (Hch 20:28).

v. MAESTRO: El que enseña la Palabra de Dios en la Iglesia.


3. EL CRECIMIENTO DE LA IGLESIA (v. 12-16)

¿Cuál es el propósito del liderazgo en la Iglesia? Muchos piensan que la tarea del liderazgo en la Iglesia es hacer todo el trabajo. Pero Pablo dice algo muy diferente en v.12.    La tarea de estos diversos ministerios es "perfeccionar a los santos para la obra del ministerio".

Todo ser viviente crece y se desarrolla; así debe ser en la Iglesia. Pablo habla aquí de varias cosas que son importantes para el crecimiento de la Iglesia.

a. Cada Creyente Debe Trabajar

La Iglesia crecerá cuando cada creyente está jugando su rol (v.12b). Tal como ocurre en un cuerpo humano, el Cuerpo de Cristo (= la Iglesia) tiene diferentes miembros.    Cada miembro tiene su función, y el cuerpo crecerá cuando cada miembro está funcionando bien. Así es en la Iglesia. Pablo habla de "la actividad propia de cada miembro" (v.16). Esto es lo que facilita el crecimiento de la Iglesia.

b. El Crecimiento Depende de la Unidad entre los Miembros

Pablo dice que el cuerpo está "unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente" (v.16). Cuando no hay una buena unidad entre los creyentes, la Iglesia no crecerá como debe ser.

c. El Crecimiento Produce Madurez Espiritual

Los niños tienen cierta forma de ser; son muy inestables, fluctuantes, etc.     Es igual en la vida cristiana. Al comienzo, la gran mayoría de creyentes son un tanto inestables en su vida espiritual.
A la medida que van creciendo espiritualmente, los rasgos de la madurez espiritual deben ir manifestándose. Esto es lo que Dios quiere para toda la Iglesia (v.13-15).

¿Cuáles son las marcas de la madurez espiritual?    Pablo señala varias de ellas en v.13-14:


  i. Un conocimiento profundo de la doctrina: "la unidad de la fe" (v.13).

 ii. Una relación íntima con Cristo: "conocimiento del Hijo de Dios" (v.13).

iii. Fruto espiritual: "un varón perfecto" (v.13).


NOTA: La palabra "perfecto" (v.13) significa ‘maduro’, y una de las marcas de un árbol maduro es
             Que produce fruto.

iv. Semejanza a Cristo: "a la medida de la estatura de Cristo" (v.13).

v. Estabilidad espiritual: "ya no seamos niños fluctuantes" (v.14).


REFLEXION FINAL

1. ¿Estamos viviendo en unidad?    
    ¿Habrá  alguien en la Iglesia que tiene algo contra nosotros?
    ¿Valoramos a los demás miembros de la Iglesia?

2. ¿Sabemos cuál es nuestro don?
   ¿Lo estamos usando en la Iglesia?

3. ¿Estamos creciendo en la vida espiritual?
    ¿Estamos trabajando juntos para el crecimiento mutuo?

Publicado con permiso de Alex Donnelly

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