miércoles, 14 de marzo de 2012

SOY UN PADRE NINI


Soy un padre NiNiNi. Ni  trabajo, Ni estudio para poder mejorar mi futuro. Ni soy joven
con permiso de micumbre


¿Qué debo hacer por mi familia?
No siga leyendo, si solamente piensa en quejarse de la crisis y de la mala situación en la que está, porque no encuentra trabajo, pero no quiere tomar medidas drásticas para disminuir las posibilidades, de que le vuelva a ocurrir. Confórmese con su situación y siga quejándose.


Los artículos relacionados anteriormente, sirven para meditar a los que trabajan por cuenta ajena o cuenta propia, ya que al final, todos tenemos una empresa que cambia tiempo y destrezas, por un salario o una factura. Si no encontramos a quien vender, nuestro tiempo es como el empresario que no encuentra a quien suministrar sus productos o servicios. No encontrar trabajo es una mala situación, tanto para el que es empresario, como para el que es trabajador. Ambos sufren las consecuencias. Para intentar solucionarlo, hay que pedir consejo a los especialistas.

Hay mil y una formas exitosas para buscar y encontrar trabajo, para ello hay que dirigirse a los expertos en esta especialidad, que suelen ser las oficinas públicas, organizaciones, empresas, asesores, Iglesias, comunidades, bibliotecas, Internet, etc. que con mucho conocimiento y experiencia, aconsejan según las capacidades y circunstancias de cada persona.

Los que hoy no encuentran trabajo, deben tener en cuenta, que no son ellos la excepción y que no será la única vez que no lo encontrarán, en su futura vida laboral. Cada poco tiempo les espera una crisis económica, corta o larga, dependiendo de cada país, ciudad, profesión, edad, preparación y grupo social.

Pero ese gravísimo problema tiene soluciones, algunas veces muy amargas y difíciles de querer o poder aceptar. Los padres tienen que evitar caer en ese paralizante estado anímico y emocional que les impide resolver el problema, porque se sienten responsables y culpables por no haber hecho lo que tenían que haber hecho. Casi siempre la solución para encontrar trabajo, pasa por la formación profesional continua, que permita estar adecuado y bien preparado, para la demanda presente y para la que haya en la siguiente crisis económica.

10 Preguntas básicas e imprescindibles que deben hacerse, los que no encuentren trabajo y quieran alcanzar sus metas y objetivos: 



¿Qué he hecho mal o medio mal, y que no he hecho bien o medio bien, para que esta crisis de falta de trabajo, me haya castigado tan fuertemente?

¿Qué tengo que hacer o no hacer, para que las próximas crisis de desempleo, no me perjudiquen tanto?

¿Qué quiero hacer, qué debo hacer y qué puedo hacer, en mi formación profesional, académica y social, para poder salir de esta crisis y que no me alcance la siguiente?

¿Qué tengo que hacer para manejar mi situación económica, presente y futura?

¿Qué tengo que hacer para realizar un cambio mental personal y de la familia, ante las actuales y futuras crisis económicas?

¿Cuáles son los primeros pasos reales que tengo que dar, para enfrentarme a esta situación?

¿Estoy siguiendo los pasos que me han recomendado para encontrar trabajo?

¿Empiezo a hacer las cosas más fáciles, haciéndome falsas ilusiones y  dejando las difíciles, para un después que nunca llega?

¿Estoy haciendo muchas cosas a la vez, sin controlar ninguna?

¿Estoy invirtiendo o he invertido un 3% de los ingresos anuales en mi formación?

Analizar bien estas respuestas y preparar un Plan 125 (1, 2 y 5 años) para encontrar el camino a seguir, que le permita vislumbrar dónde podrá estar, dentro de cinco años, en función de los objetivos propuesto, las acciones que realice y los medios de control que emplee. Le ayudará mucho si ese mismo plan 125 lo hace en sentido inverso, es decir, donde estaba y que es lo que hacía o no hacía, hace 1, 2 y 5 años. Así podrá darse cuenta, de cómo ha ido evolucionando o retrocediendo e intentar no caer en los mismos errores u omisiones, reforzar lo que tiene y no tiene que hacer en el futuro, tomando precauciones y haciendo caso cuando le insistan en “Que viene el lobo”, pues el lobo en forma de crisis, siempre llega con periodicidad.

El plan consistirá entre otras cosas, en dividir las 24 horas diarias en varias actividades o grupos de actuación, dándole importancia a las mejores horas del día, las horas estrella, para buscar trabajo, pero también dedicarle, las más posibles, a prepararse para las próximas crisis, que con plena seguridad van a ocurrir  en la previsible vida profesional. Tienen que sacar horas para buscar trabajo y prepararse para la siguiente crisis, siguiendo el método que los profesionales le hayan indicado. Horas para estudiar y formarse nuevamente, bien sea por Internet o yendo a los centros de enseñanza. Horas para hacer relaciones públicas, con sus amigos y familiares, tendentes a buscar un nuevo trabajo. No deben seguir dando vueltas a la noria, sin sacar agua. Deben parase a pensar, cuál es la mejor forma de sacar más agua, dando las menos vueltas posibles. Si están ofuscados en una idea o bloqueados sin ninguna, obtendrán eso, ninguna solución.

Después de los años de vacas gordas, siempre llegan las vacas flacas. Es un ciclo económico natural. Para sobrevivir en estos años, no es suficiente tener unos ahorros disponibles, pues estos se gastan y hay que volver a empezar. Hay que estar bien preparados mental y profesionalmente para su llegada, tratando de practicar las virtudes y valores humanos, que ayuden a sobrellevar mejor las dificultades que ocurran. Si no se ha previsto el ahorro y la formación profesional suficiente, para encontrar otro trabajo en las malas épocas, de muy poco servirá gastarse cíclicamente los ahorros hechos para la vejez, las emergencias, los estudios de los hijos, etc.

Hay muchas empresas, organizaciones públicas y privadas, etc. que tienen disponibles informes relacionados, con el posible futuro de las carreras a estudiar y la demanda que tienen y tendrán, en el mercado laboral, incluso indicando los ingresos que pagan los empleadores. También figuran en los estudios, las profesiones que ya no tienen demanda o que ésta ha disminuido considerablemente. Pasar de una profesión decadente, pero conocida, a otra profesión desconocida, pero con posible éxito, conlleva dificultades, miedos y riesgos, pero quedarse atascado o estudiar en dirección equivocada, tiene muchos mas problemas. Son situaciones que tienen que afrontar los que no tienen trabajo y ven muy pocas posibilidades de obtenerlo.

Los desempleados no deben pensar a corto plazo, en los resultados de los estudios, sino en la rentabilidad a medio y a largo plazo. Lo que vaya a estudiar en esta situación de crisis, sirve no tanto para adquirir unos conocimientos determinados, como unas herramientas con las que desenvolverse a lo largo de su nueva vida laboral y estar preparados para cambiar, adaptarse y progresar, aunque sea en forma transversal a la actual. Cuanto más formación adquieran y esté más adecuada a las necesidades del mercado presente y futuro, las crisis les afectará menos, pues podrán demostrar, que son capaces de adaptarse más a los cambios de trabajos, industria o función.

Algunos desempleados se ofuscan y bloquean, no viendo las alternativas o avenidas que esas organizaciones profesionales les ofrecen. No saben ni dónde, ni cómo ni cuándo buscar empleo. Tampoco quieren hacer trabajos, que paguen menos que lo que creen que necesitan, para llevar la familia al mismo nivel que lo hacía cuando tenían un trabajo. No quieren descender de la categoría profesional, que algunas veces tantos sudores les costó, hasta que ya es muy tarde para poder hacerlo. Suelen estar tan paralizados mentalmente, debido a su gran problema de subsistencia presente y futura, que ni pueden ni quieren escuchar los consejos que reciben, si es que se prestan a escucharlos.


Es una práctica desesperada huir hacia delante, tomando decisiones poco pensadas y llenas de riesgos no medidos, sin hacer caso a su situación o ignorándola. Esto sucede con algunos que emigran solos, a encontrar trabajo en otras ciudades o países. La solución que realizan, es muchísimo peor que el problema que deja atrás con su decisión de abandono de la familia, que al final queda desmembrada y todos salen perdiendo. Máxime si las circunstancias en el nuevo lugar y las condiciones de trabajo, suponen que no puede llevar consigo a toda la familia. Esta es una señal clara de que el padre, no podrá desarrollarse en esa nueva situación y que esa familia, corre el inminente riesgo de romperse, según se demuestra en la mayoría de los casos. No es lo mismo estar alejado de la familia durante un tiempo provisional, para hacer un trabajo esporádico, que marcharse a trabajar y dejar a la familia abandonada por esa huida. A sabiendas casi con plena seguridad, de que ya no volverá a haber una reunificación familiar, pues cada parte, tendrá que subsistir con las alternativas que tengan, en las diferentes situaciones y posiblemente formar nuevas familias, siempre en perjuicio de los mas débiles, que son la esposa y los hijos.

Es imprescindible ponerse a la tarea de volver a estudiar algo nuevo, terminar lo empezado y no acabado o mejorar lo que se había empezado. Si es necesario cambiar a estudiar otra profesión, que tenga mayores oportunidades de contratación y de ingresos. Para ello es necesario dedicar cuatro o cinco horas diarias, aunque tengan que quitar parte del sueño, para estudiar una carrera corta o larga, con el fin de que la próxima vez que haya otra recesión, se encuentren con mejor preparación ante la adversidad. Hay carreras profesionales, que aunque su trabajo no sea muy apetecible, tienen asegurada una gran demanda y puede ayudarle a progresar. Es menos apetecible no tener trabajo. Incluso si esa carrera conlleva el tener que trasladarse a otra ciudad, lo tendrán que hacer, pues es un sacrificio familiar que algunas veces hay que tomar, aunque solamente sea para sobrevivir.

Si no tiene un oficio, intentar aprenderlo y si lo tiene, mejórelo con diplomas, certificaciones técnicas, cursos especializados, etc. Si ha estudiado hasta un grado escolar determinado, tratar de subirlo al siguiente. Si no han terminado el ciclo escolar, conseguir terminarlo. Si lo han terminado, pero no han hecho una carrera corta de formación profesional, tratar de hacerla. Si han terminado una carrera universitaria, procurar hacer un master, etc. Aprender idiomas u otras alternativas que los expertos les pueden aconsejar, para subir unos o dos peldaños de su actual situación.

Si no se tiene dinero para poder estudiar en los centros de enseñanza públicos o por Internet, tienen que intentar conseguir créditos del gobierno, bancos, tarjetas de crédito, familiares o amigos, pues la mejor inversión que puede hacer en época de crisis es hacerla en uno mismo. Ya lo devolverá cuando pase la crisis. Así se evitará tener que estar gastando dinero, durante esas cuatro horas diarias dedicadas al estudio, perdiendo el tiempo frente a la televisión o con los amigos, o dándole vueltas y vueltas al mismo problema. También hay subsidios que entregan a las personas que están desempleadas, para que puedan realizar estudios que les sirvan para superarse profesionalmente, hacia actividades que tienen gran demanda presente y futura en el mercado.

En esa época de crisis cada uno tiene que intentar reinventarse, incluso periódicamente a lo largo de su vida laboral, tenga o no trabajo. Para ello debe analizar cuáles son las avenidas por las que puedan circular, en función de las que ya haya circulado sin éxito. Buscar y encontrar cual es la tendencia en empleos disponibles, para las profesiones o actividades que están apareciendo nuevas y cuáles de ellas están desapareciendo. Proyectar el pasado y el presente hacia el futuro, como se hace en las previsiones de las empresas, las cuales para no quedarse atrás o perecer, continuamente se están reinventando, sacando nuevos productos o servicios al mercado y cambiando los procedimientos, para satisfacer a los clientes. Así tienen que hacer las personas, cuando ven que han perdido su trabajo, no encuentran clientes o prevén que los van a perder.

La familia es el soporte indispensable para subsistir, cuando no se tiene trabajo. Es muy posible que todos los miembros de la familia, tengan que realizar sacrificios heroicos, para poder resistir mientras el padre encuentra un trabajo. La familia tiene que ser su firme soporte, que le ayude a solucionar su situación anímica  y a realizar las gestiones necesarias para encontrar trabajo. También tendrán que ayudarle a buscar, las alternativas necesarias para sobrellevar las vicisitudes, que esa falta de trabajo conllevan. No se puede tener la angustia de no encontrar trabajo, mientras el resto de la familia circula en otra dirección o dirección opuesta, sin haber cambiado el estilo de vida, reducido el presupuesto de actividades y gastos, por considerar al cabeza de familia como un simple y obligatorio proveedor de medios, para mantener a la familia y que a esta no le falte de nada.

La austeridad es imprescindible que presida todas las acciones económicas de la familia. Eliminar todos los gastos indispensables, ya que esto, da la sensación de vivir intensamente la campaña de búsqueda de trabajo. Hasta la posibilidad de eliminar las horas familiares dedicadas a ver la televisión, para poderlas centrar en el análisis exhaustivo de la situación, de las acciones realizadas y de las que haya que realizar.

Cuando por un orgullo mal entendido, no quieren decirle a la familia, que prevén que se van a quedar sin trabajo en un plazo determinado o que ya se han quedado sin el trabajo, porque no quieren que su familia lo sepa o porque, quieren aparentar el seguir figurando como el único o principal proveedor económico, para no perder el estatus familiar y social. Mientras tanto, la familia sigue manteniendo el mismo nivel de gastos y actitudes, sin darse cuenta o sin querer darse cuenta, del hundimiento de la situación. Esto lo hacen en contraposición a todos los consejos que reciben, de que la familia es el mejor soporte, para sobrellevar esa desgracia y así poder secundar todas las acciones y sacrificios necesarios, que favorezcan la ayuda a solucionar el problema.

Cuando tampoco toman conciencia del grave problema que tienen y no deciden cambiar de vida, ni tomar decisiones frente al futuro. Por eso se limitan a seguir viviendo como estaban, utilizado los parcos ingresos que le entregan por el seguro de desempleo, cupones de comida u otros subsidios, o van gastando poco a poco, los ahorros que tenían destinados para emergencias, seguro de vejez, rescatando pólizas de seguros, etc. Pero terminando casi siempre, con el embargo de la casa, el automóvil y teniendo que vender sus pertenencias más preciadas. Incluso algunos, tienen que tomar la decisión de sacar a los hijos de los colegios privados, irse a vivir toda la familia con los padres políticos, compartir una misma casa con otro familiar o amigo, cambiar de domicilio a otro más económico, renunciando a la libertad familiar, espacio y autoridad que eso conlleva, ya que tendrá que negociar o aceptar las nuevas condiciones de ese tipo de convivencia.

Es muy importante intentar que el no encontrar trabajo, ni ponerse a estudiar para el futuro, no sea la entrada en el submundo de los que tienen que  malvivir, con las dádivas que les dan los gobiernos o las organizaciones sociales y religiosas. Hay grupos sociales de desempleados, de larga duración y empobrecimiento sostenible, que incluso si consiguen recuperar un empleo, es generalmente mucho peor pagado que el anterior. Así van introduciéndose en una espiral negativa cada vez más profunda, con muy pocas posibilidades de salir.

            Algunas empresas ofrecen puestos de trabajo en subasta de salario a la baja, que desgraciadamente a muchos desempleados, no les queda más remedio que competir a la baja, con los que están dentro o los que quieren obtener el trabajo. Estas quieren conocer, antes de contratar trabajadores, quienes se conforman con ganar menos para contratarlos, y a los que no les importa que les rebajen el salario, con tal de quedarse con él y que no les despidan.

No existe el fracaso, solo los resultados, que algunos les gustarán y otros no. Cuando un resultado no le guste, cambie la forma de actuar. El único fracaso verdadero, es el abandono. Piense que sus hijos harán lo que hayan visto hacer a sus padres, pues la historia se repite.

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