viernes, 2 de marzo de 2012

COMENTARIO A LOS EFESIOS, 5:1-20


EFESIOS 5:1-20


En estos versos Pablo sigue hablando de la vida pública del creyente, tanto en la sociedad como en la iglesia. En cierto sentido, estos versos son una continuación de la sección que comenzó en Efe 4:17. Sin embargo, podemos notar que en Efesios 5:1, Pablo introduce un nuevo incentivo para el buen comportamiento del creyente.

En Efes 4:1, la motivación era "la vocación con que fuisteis llamados".
En Efes 4:17, la motivación era "no andáis como los otros gentiles".

Ahora, la motivación es "Sed...imitadores de Dios" (Efes 5:1). Este pensamiento proviene de lo que Pablo dijo en Efes 4:32.   Si somos hijos de Dios, entonces deberíamos imitar a nuestro Padre celestial.   Pablo desarrolla este pensamiento en los siguientes versos.



1. EL CREYENTE DEBE "ANDAR EN AMOR" (v. 2)
Uno de los atributos más importantes de Dios es el AMOR (Juan 3:16; 1 Juan 4:7,8); por ende, el hijo de Dios debe manifestar esta característica en su vida diaria.

Tal como Cristo nos amó y se entregó por nosotros, el creyente debe manifestar amor hacia los demás: tanto a creyentes como a inconversos. Ese amor debe ser práctico, y no simplemente de labios (1 Juan 3:16-18).


2. EL AMOR DEL CREYENTE DEBE SER PURO (v. 3-7)
El ‘mundo’ habla mucho de "amor", pero ha degenerado el significado de la palabra. Para muchos, la palabra "amor" significa simplemente "sexo", y está  relacionado en su mente con una serie de perversiones y pecados sexuales ("amor libre", fornicación, homosexualidad, etc.).

Los efesios sabían muy bien de esas cosas. ¡No hay nada nuevo debajo del sol!     En Éfeso, la corrupción sexual era cosa de la vida cotidiana. El templo a la diosa Diana vinculaba los pecados sexuales con la idolatría. ¡Diana de los efesios era la "diosa" del amor!

Es la falta de verdadero amor, que nos lleva a cometer otros pecados ("avaricia", "palabras deshonestas", "necedades", etc.).   No hay que dejarnos engañar por lo que dice el ‘mundo’ (v.6). Pablo pone en claro el peligro de vivir en estos pecados (v.6b).         

Los inconversos son "hijos de desobediencia" (v.6b); se puede esperar que ellos vivan conforme al ejemplo de Satanás (1 Juan 3:8-10). Pero el creyente es hijo de Dios, y su vida debe ser muy diferente a la del ‘mundo’.


3. LOS CREYENTES DEBEN VIVIR COMO "HIJOS DE LUZ" (v. 8-14)
Los inconversos están en las "tinieblas" espirituales (v.8a); es decir, en la ignorancia espiritual (Efe 4:17-18). Hubo un tiempo cuando los creyentes en Éfeso eran así también; pero ahora la luz del evangelio ha alumbrado en sus corazones. Por ende, ellos deben vivir como "hijos de luz" (v.8b).

Las obras de las "tinieblas", dice Pablo, son "infructuosas" (v.11a). Es decir, no producen ningún fruto bueno (ver Rom 1:18-32). Eso era obvio en Éfeso, donde abundaba la inmoralidad sexual, la idolatría y el ocultismo. Los creyentes, lejos de participar en estas cosas como lo hacían antes, deberían reprenderlas (v.11b).

Cuando Cristo estuvo en la tierra, Él reprendió las obras malas de los hombres (Juan 3:19, 20). El creyente, quien es la "luz del mundo", debe hacer lo mismo.     También debe estar listo para enfrentar la misma reacción del "mundo": rechazo y odio.

4. LOS CREYENTES DEBEN VIVIR SABIAMENTE (v.15-17)
Pablo sigue desarrollando la idea de vivir como "hijos de Dios". Dios es amor; el creyente debe vivir en amor. Dios es luz; el creyente debe vivir en la luz.     Ahora Pablo añade, Dios es sabio; por ende, el creyente también debe vivir sabiamente.
La sabiduría que Pablo desea para los creyentes es doble:

            a. La sabiduría de aprovechar bien el tiempo (v.16).
            b. La sabiduría de conocer la voluntad de Dios (v.17).

Un libro en el cual el creyente debería meditar constantemente es Proverbios.   Allí aprenderemos las enseñanzas de Dios acerca de cómo vivir sabiamente.

5. LOS CREYENTES DEBEN VIVIR "EN EL ESPÍRITU" (v. 18-20)
Cristo fue lleno del Espíritu Santo; así también lo debe ser el creyente (v.18).     Las consecuencias de tal llenura son muchas.  Pablo sólo menciona las consecuencias de la llenura del Espíritu Santo, en la vida de la congregación (v.19, 20).  Resultará en:

            a. Un espíritu de alabanza y adoración (v.19).
            b. Un espíritu de acción de gracias (v.20).

Publicado con permiso de Alex Donnelly

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