COMENTARIO A LOS EFESIOS, 5:21-6:9

EFESIOS 5:21 - 6:9

EL TEMA CENTRAL (v. 21)

En esta sección Pablo va a hablar de las tres relaciones fundamentales para el ser humano: el matrimonio, la familia y el trabajo. Es interesante notar que en cada caso, Pablo comienza con la persona que está sujeta a la otra (esposas, hijos, siervos):

            [1] Esposas están sujetas a esposos;

            [2] Hijos están sujetos a los padres;

            [3] Siervos están sujetos a sus amos.

¿Por qué lo hace? Obviamente, no es porque un grupo de personas es inferior al otro. Más bien es porque el tema central que Pablo quiere desarrollar en esta sección es la necesidad de "someterse unos a otros en el temor de Dios" (Efe 5:21).    

En Efesios 5:18 Pablo habló de la necesidad de vivir continuamente llenos del Espíritu Santo. Tal vida debe manifestarse en cierta clase de comportamiento (Efe 5:19-20). Una parte esencial del comportamiento del creyente lleno del Espíritu Santo es el sometimiento mutuo.

Una de las consecuencias del pecado es la rebeldía humana. Seguramente la sociedad en Éfeso reflejaba eso. Dios desea que la Iglesia refleje la clase de vida que Dios quiere para los seres humanos. Una de las cualidades fundamentales que Dios anhela ver en nosotros es el SOMETIMIENTO.

Pablo ahora desarrolla la importancia del sometimiento en las tres relaciones fundamentales del ser humano.

1. ESPOSAS Y ESPOSOS (Efe 5: 22-33)

Pablo dedica más versos a esta relación que a las otras dos. Hay dos razones por esto:

      i. Muchas veces el matrimonio es la más difícil de todas las relaciones humanas.

     ii. Generalmente la relación matrimonial es más larga que las otras.

Dios creó a Adán y Eva para que vivan juntos. El matrimonio es un regalo de Dios, y fue dado para la bendición del ser humano. Lamentablemente, una de las primeras consecuencia del pecado fue la ruptura en la relación matrimonial: Adán le echó la culpa a Eva (Gén 3:9-12). A partir de ese momento, la relación entre esposos ha sido causa de muchas tensiones y sufrimiento.

La conversión (Efe 2:4-6) y la llenura del Espíritu Santo (Efe 5:18) deben ayudar a las personas a cumplir mejor su papel de esposa o esposo.

a. El Deber de la ESPOSA (v. 22-24, 33b)

Pablo es muy claro: la esposa debe someterse al esposo. Para aclarar la enseñanza bíblica, podemos contestar las siguientes interrogantes:

 i. ¿A quién debe someterse la esposa?

La esposa solo tiene que someterse a su propio esposo (v.22a). La Biblia no enseña que toda mujer tiene que someterse a cualquier varón, como si ella fuese una persona de menos valor que él.

ii. ¿Cómo debe someterse la esposa?

La esposa debe someterse a su esposo "como al Señor" (v.22b).  Esto implica no solo que ella debe hacerlo para el Señor (es decir, como parte de su vida espiritual), sino que debe someterse a su esposo tal como se somete al Señor (es decir, completamente).

iii. ¿Por qué debe someterse la esposa?

La esposa debe someterse a su esposo "porque el marido es cabeza de la mujer" (v.23a).   Aquí Pablo hace referencia al propósito de Dios en la creación del hombre y de la mujer. El hombre no fue      creado para la mujer, sino al revés. Por lo tanto, DENTRO DEL MATRIMONIO el esposo es "cabeza" de la mujer; es decir, él tiene la voz de mando (ver 1 Tim 2:12,13).

b. El Deber del ESPOSO (v. 25-33a)

En los tiempos del Nuevo Testamento, la mujer era considerada como totalmente inferior al hombre (tanto entre los judíos como entre los griegos). En Éfeso, la mujer casi no tenía ningún derecho alguno, y el esposo podía hacer con ella lo que quería.

Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, rompe este esquema pecaminoso, y enseña que tal como la esposa tiene que someterse al esposo, el esposo también tiene ciertas obligaciones hacia su esposa.

Pablo menciona las siguientes obligaciones:

   i. El esposo debe AMAR a su esposa (v.25a, 28).

  ii. El esposo debe SACRIFICARSE por su esposa (v.25b).

 iii. El esposo debe SUSTENTAR y CUIDAR a su esposa (v.26, 27, 29).

 iv. El esposo debe DEJAR A SUS PADRES para vivir con su esposa (v.31).

            ¡Podemos ver que las obligaciones del esposo son fuertes!

REFLEXIONAR: ¿Estamos viviendo así?

* Si las esposas y los esposos vivieran esta realidad, ¡cuán diferente serían los matrimonios!

2. HIJOS Y PADRES (Efe 6:1-4)

a. El Deber de los HIJOS (v. 1-3)

Pablo manda a los hijos OBEDECER a sus padres (v.1a); él añade las palabras, "en el Señor". Podemos comparar lo que Pablo dijo a las esposas en Efesios 5:22b.

Para animar a los hijos a cumplir este mandamiento, Pablo dice tres cosas:

   i. Obedecer a los padres es "justo" (v.1b).

  ii. Obedecer a los padres es uno de los diez mandamientos (v.2).

 iii. Obedecer a los padres trae la bendición de Dios (v.3).

b. El Deber de los PADRES (v.4)

Tal como lo hizo con los esposos, Pablo ahora pasa a hablar de los deberes de los padres. Él menciona dos cosas fundamentales:

   i. Los padres no deben provocar a ira a sus hijos (v.4a).

  ii. Los padres deben criar a sus hijos "en disciplina y amonestación del Señor" (v.4b).

3. SIERVOS Y AMOS (Efe 6:5-9)

En los tiempos de Pablo había muchos esclavos. Generalmente, los esclavos no tenían derecho alguno, y los amos podían hacer con ellos lo que querían (aunque en realidad muchas veces los trataban con cierta bondad).   Quizás en la Iglesia en Éfeso había muchos esclavos, y una pequeña cantidad de amos. Pablo se dirige a ambos.

a. El Deber de los SIERVOS (v. 5-8)

Los esclavos sabían que no tenían derecho alguno, así que siempre obedecían a sus amos. El problema era cómo lo hacían; con qué actitud. Pablo señala las siguientes cosas:

   i. Siervos deben obedecer "con temor y temblor" (v.5)

  ii. Siervos deben obedecer "con sencillez de corazón" (v.5)

 iii. Siervos deben obedecer a sus amos "como a Cristo" (v.5)

Pablo explica lo que él quiere decir con todo esto en v.6-8.

b. El Deber de los AMOS (v. 9)

Pablo dice que los amos cristianos:

i.               No deben amenazar a sus siervos.

ii.              Deben recordar que el mismo Señor les juzgará a ellos también.

iii.            Deben tomar en cuenta que Dios no hace acepción de personas.

Publicado con permiso de Alex Donnelly